¿Es posible una minería sostenible?
Últimamente, palabras como ‘verde’ o ‘sostenible’ se escuchan multitud de veces en el sector minero. Pero ¿es la minería verde una utopía o realmente es posible lograrla? De ser así, qué beneficios podría traer a la industria y cómo sería posible alcanzarla. Esas son algunas de las cuestiones que vamos a plantear y resolver en el presente artículo.
Para comenzar, analizaremos la definición de minería sostenible que aporta el Gobierno de Australia, país que tiene una gran ocupación en ese sector, siendo uno de los más avanzados en la materia. La definición dice así: “desarrollar los recursos minerales y energéticos de un país, de manera que maximicen los beneficios económicos y sociales, al tiempo que minimizan los impactos ambientales”.
Por tanto, nos puede quedar claro que uno de los grandes objetivos de este tipo de minería es reducir el impacto al medio ambiente al mínimo, de manera que no existan apenas consecuencias de esta actividad en la naturaleza. Esto es, porque la minería es esencial para nuestras vidas, por lo que su actividad no puede cesar, pero sí transformarse. Aproximadamente en el 90% de nuestras actividades cotidianas utilizamos elementos químicos y minerales que se extraen del interior de la tierra.
La minería sostenible trata de reducir la huella ambiental mientras que se prepara para una producir más minerales estratégicos
La minería ocupa un territorio y a veces, modifica la geografía. Por lo que, no solo se trata de conservar el paisaje que rodea la mina, si no también se trata de no desaprovechar materias, como, por ejemplo, es el caso del agua.
Por lo que si indagamos en algunas de las preocupaciones más consistentes derivadas de la actividad minera podemos encontrar las siguientes:
1. Deterioro de la calidad y cantidad de agua. El agua se utiliza en los procesos de exploración, explotación, concentración y lixiviación mineros. Sin embargo, en este uso de pierde gran cantidad de materia a la vez que algunos químicos pueden contaminar el agua.
2. El cambio de paisajes. Uno de los ejemplos más notables es el del cambio en la dinámica fluvial. El perfil y trazado de la corriente fluvial puede sufrir alteraciones debido a la actividad minera, esto puede aumentar el riesgo de inundaciones en la zona.
3. El consumo de energía y recursos. Para la explotación de una mina se necesita usar energía – para las grandes máquinas- y recursos, como es el agua. Factores como el envejecimiento de las minas, el endurecimiento de la roca, o una mayor distancia de acarreo (transporte) pueden aumentar este uso.
4. La producción de desechos industriales. Estos son aquellos residuos acuosos, sólidos o en pasta que quedan tras la actividad de aprovechamiento de un recurso geológico.
5. La minería ilegal: esta minería es una preocupación, pues se realiza al margen de la ley, por lo que no posee los estándares técnicos mínimos para el desarrollo de la mina ni la información o características para su creación, por lo que, en la mayoría de los casos, se aumenta la posibilidad de daño ambiental y el riesgo para las poblaciones que rodean el lugar.
¿Cómo podemos solucionar estos problemas?
1. Uso de aguas recicladas. Una de las medidas para frenar el uso de agua es implementar el reciclaje de esta. Países como Canadá y Suecia realizan ya esta técnica que consiste en almacenar los recursos hídricos y reusarlos en procesos industriales. En minería, se realizan lagunas de sedimentación que son tratadas y monitoreadas.
2. Cierre sostenible de minas. Cuando cesa la actividad en una mina, se procede al cierre de la misma. Este proceso también se puede realizar de forma sostenible, esto quiere decir que se trata de garantizar la recuperación y estabilización ambiental del área, y la regeneración del ecosistema. Con ello se puede evitar los drenajes ácidos, escombreras y residuos finales.
3. Optimización de recursos y energía. Para optimizar recursos es importante hacer un estudio previo efectivo del impacto ambiental, así como implementar medidas y estrategias que respeten el medio ambiente y ayuden al ahorro de energía mediante las prácticas sustentables de uso de recursos renovables.
4. Planes de contingencia. Se debe realizar para poder abordar de manera estratégica cualquier situación negativa o eventualidad y así garantizar la continuidad del negocio.
5. Uso de la tecnología. La tecnología, en muchos casos, es capaz de reducir el impacto medioambiental de la actividad minera. La extracción de minerales es una ardua tarea que requiere de una gran precisión para no incurrir en fallas.
En el caso de las operaciones de perforación, es de gran importancia realizar una medición de trayectoria extremadamente precisa. A la hora de realizar una medición, los giroscopios resultan de suma utilidad, pues miden la trayectoria con gran precisión, aportando datos confiables del subsuelo.
Esto reduce notablemente la cantidad de explosivo que se usa en una mina, a la vez que se reduce el tamaño de las rocas fragmentadas, lo que ahorra en costes materiales, medioambientales y trabajo. En el caso de petróleo y gas, gracias a la medición de trayectoria precisa se evita un desastre como es la colisión de pozos.
La tecnología puede ayudar, incluso, a minimizar los costes humanos. Un giroscopio, en concreto el GyroTracer™ de SPT, ayudó a localizar a los 33 mineros que resultaron atrapados a 700 metros bajo tierra en agosto de 2010 en las minas de Copiapó. Gracias a los datos de sondaje de pozos, precisos y a tiempo se pudo conocer la localización exacta en la que se debía perforar el túnel de rescate sin poner sus vidas en riesgo, minimizando la posibilidad de derrumbes.
Todo eso nos sugiere que la tecnología es de suma importancia. Por ejemplo, es imprescindible contar con los últimos equipos que cumplan con los estándares mundiales, los cuales, a su vez, sean respetuosos con el medio ambiente y reduzcan el impacto en los ecosistemas.
6. Comunicación con las comunidades. Respetar a las comunidades en la zona es un tema valioso en minería. Es crucial realizar diálogos para conocer qué problemas atender o prever.
7. Conversaciones Estado, la empresa extractiva y las comunidades. Con el fin de establecer diálogos entre estos tres agentes para crear mecanismos o instituciones con el fin de evitar los conflictos sociales y ambientales.
Tras indagar en los problemas que puede ocasionar la minería y comprobar que, efectivamente, existen numerosas soluciones a cada uno de estos inconvenientes, podemos afirmar que una minería verde es totalmente posible. Como mencionábamos anteriormente, la actividad minera es necesaria para preservar la vida tal y como la conocemos, pues casi todos los productos que usamos a lo largo del día están constituidos por elementos o minerales derivados de la explotación minera. Por consiguiente, este rubro no puede desaparecer, pero sí transformarse y acondicionar sus procesos hacia una minería sostenible.
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